Lucas Romero

Director de Synopsis Consultores

Cuando se analiza un acto como el del Día de la Declaración de la Independencia Argentina, no puede dejar de trazar un paralelismo con lo que ha sido el de 2024, cuando el presidente Javier Milei había logrado reunir a prácticamente todos los gobernadores para firmar el Pacto de Mayo. El jefe de Estado no tenía ni un mandatario provincial propio y ahora, a un año de aquel acto, más allá de su ausencia, antes no había logrado cosechar presencias de gobernadores para la misma fecha patria.

Esto es sorprendente, porque uno esperaba otro contexto, de acompañamiento. Y esto se explica por el rol competitivo que precedía la visita presidencial. Y volvemos con el paralelismo. Uno puede decir que en el primer año de mandato, todo jefe de Estado tiene el acompañamiento de las provincias, más allá de las diferencias, con intereses comunes como una forma de coordinar acciones políticas. El contexto era de colaboración, ya que gran parte de las provincias había una base de votantes de Milei. Todos estaban forzados a tener buen diálogo y una mejor relación con el Presidente. Eso cambió este 2025 porque el contexto es competitivo, a pocos meses de una elección de medio turno.

Pero también hemos observado que hubo varias convocatorias electorales a lo largo de la Argentina, en la que La Libertad Avanza y el propio Milei compitieron directamente con los líderes provinciales, contra los oficialismos locales. No siempre ha sido con éxito la incursión del economista libertario en la puja con los gobernadores. Puede decirse que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) ganó, pero no le fue tan bien en el resto de las jurisdicciones subnacionales.

Posicionamientos

Se avecina una elección nacional que tanto para el Presidente como para los gobernadores puede resultar vital para sus posicionamientos futuros, con sus propias listas. Esto explica porqué este contexto de tensiones entre la Nación y las provincias que, a lo largo de este año y medio de gestión, se profundizó por los ajustes presupuestarios, que el propio Milei lo ha definido claramente con su motosierra. En esta orientación, los mandatarios provinciales decidieron encontrar intereses comunes y mancomunarse detrás de un reclamo que, en principio, se tradujo en aquellos dos proyectos de ley que buscan modificar los flujos de transferencias entre la Nación y las provincias.

Además de Milei, ¿cuántos presidentes faltaron a los festejos patrios desde 1991?

Hace un mes, 23 gobernadores propusieron redistribuir lo recaudado por el Impuesto a los Combustibles Líquidos y los  Aportes del Tesoro Nacional (ATN) para recuperar los fondos confiscados por Nación, sin afectar el “superávit” que tanto celebra el gobierno libertario. Hace un año Milei lograba en Tucumán lo impensado, que vayan casi todos los gobernadores. Hoy Milei ha logrado en Tucumán lo impensado, que no vaya casi ninguno, incluso él mismo.